Demonio de la nostalgia abandona el tren
Entonces, aunque me mires a fondo, como siempre, y me estudies con tanta y tanta curiosidad, yo no dejo que me veas. Porque ahí se ve, amigo mío, como se va, se va, cómo vivo catando que se me va, que se me iba, y una vez más tus razones y tus sueños se impondrán sobre sus frías opiniones.
Quiero decir, amigo, que tu manera de estar a bordo de éste tren vencerá por la vía del sueño, aquí donde la gente sube y baja a un ritmo que no comprendía, y que la permanencia de algunos/as es caldo de cultivo para que demonios como tú vengan a invadir el poco espacio que hay a mi alrededor, aquí mismo, donde ella vaticinó palizas de muerte en el ring.
Hago, hice pues, por olvidarla, porque tu compañía invade esa zona en que mis amigos y la vida que me rodea estrellan su vista en ésta tranquilidad empozada en mi dolor, cubriéndola, velándola, recubriéndola de una espesa capa de sonrisa, de palabrería y de narraciones y cuentos y más cuentos. Y así el dolor no se puede escapar. Amigo, y sale la alegría del fondo de todo mi dolor, de todo ese catar mío en el que nunca más amanecerá.
Mi felicidad dependía de la suya, y maldito sea, a veces, de golpe, no soportaba verla tan alegre, ni que fuera tan traviesa hasta en su forma de acercarse, porque así conocería el placer de hacerlo y estaría a tiro de seducir a quien quisiera, fuera de éste mundo.
Y diablos amigo, lo que es el recuerdo…siento ganas de irme de Perú y de conocer Badajoz y de oír cantar y tocar a esa gente que me corrigió hasta el recuerdo, tornándolo aún más cruel, que transformaron el : ¡ fuerza y a cantar! , por el : "vete ya de una buena vez que nunca más amanecerá."
Yo había querido reír por delante de nuestros recuerdos, de nuestros tres años, ocho meses y trece días juntos, de nuestro como nadie es así, para que no los viera la gente. Yo había querido reír para que la gente no viera jamás que nada de eso se había cruelmente acabado. Adiós, lo intenté todo pero dejaste del todo de escribirme y nunca mandaste fruta…
Y ella encantada de la vida, o sea que yo no pude ir a buscarla, ni la busqué en otra mujer ni nada. Ni siquiera la molesté. Lo que hice fue meterme en mi mundo para poderla esperar siempre ahí y fingir que la vida cotidiana también me era posible.
Deber y no hacer
ver y no querer
hacer y no deber
Si pues, mi demonio amigo, a ras de suelo nos quedamos los que no tenemos alas de ángel en el alma y si un diablo juguetón metido en nuestra cama. A ras de suelo y piel. Buen lugar para quedarse desnudo(…)
Para desnudarse de cualquier imaginario e irreal soplo de divinidad y ser tierra, polvo, hierba, árbol, túnel, catacumba. Ser todo este lodazal de contradicciones, toda esta grandeza metida en mierda hasta los ojos. Ser, con todas las letras y al mismo tiempo, la madre Teresa de Calcuta entre enfermos y mendigos, y esa mujer de la noche que sólo ama y seduce a sus amantes por dinero y una botella de ron.
Pero las agujas corren, sabes? y los días en que una mariposa blanca visitaba la terraza, imprevista y deslenguada, buscando flagelos de nácar para amar como siempre. Mariposa que comía la manzana del sur a todas horas, la misma que todo su mundo se reducía a un dormitorio en el que nunca se dormía, esos días acabaron…y tu presencia comienza a perder sentido.
Dos copas de vino para esta mesa, y claro, una más, para un demonio que abandonará éste tren, justo cuando las montañas mágicas de esa tierra que plantó mi corazón reciben el regalo de la lluvia.
Un huracán se llevó el mar entero, mi demonio amigo, es hora de partir; es hora de viajar a tierras lejanas y asegurarte de llevarle éstas palabras,
de oler el viento mientras vuelas sobre los alpes,
de probar leche y chocolate
de contarle que todo está bien, y que éste tren marcha con la puerta entreabierta.
Y ya vete, que hay algunos demonios como tú que desean igual atención
Suerte en tu próxima morada
AldO.