en este lugar, los angeles y los demonios tienen el mismo tamaño...comen del mismo plato y comparten las alas para volar

Friday, June 02, 2006

Gnossienne N° 1 de Satie, para darle sonido al silencio

02/06/2006 - 4:14 a.m.
( Post patrocinado por Cerveza Brahma y Vodka Paramonga)
------------------------------------------------------------------------------------

* Mañana estaré todo el día en mi casa, tengo muchas cosas que hacer. ( Me dijiste la noche anterior, y me pareció sólo una excusa. )

No tenía ningún sentido entonces, y sin embargo salí con prisa, como si fuese a llegar tarde.
Bajé en la puerta del museo al que tantas veces me había acercado para ver, a través de sus ventanas, como los niños aprendían a pintar. Había tanta gente yendo y viniendo sin razón aparente.

Forastera dice:
¿Quién eres?

Pablo dice:
Hola forastera, me llamo Pablo, encontré tu email en un foro de pintura.

Forastera dice:
ok, esta bien, hola.

Pablo dice:
¿y puedo saber porqué usas ese nick?

Forastera dice:
Porque siempre estoy fuera de lugar.

El viento, la niebla, la tarde oscura, en fin, todos habían conspirado para crear una escena melancólica, casi triste. Frente al museo, el gran parque que otras veces me parecía tan festivo, esta vez no lo era.
Recorrí cada vereda, admiré el césped aún húmedo, escuché algunas risas, algunos murmullos sin sentido. Caminé. Observé siluetas sobre las bancas y me pareció encontrarte cerca a un farol, fumando, con el cabello desordenado, impaciente por mi demora, con la mirada perdida y pensando en quién sabe qué, en cosas que nunca me dijiste.

Forastera dice:
Estoy pintando una rosa, ¿quieres verla?

Pablo dice:
Por supuesto, me encantaría.

Forastera dice:
ok, voy a tomarle una foto y te mando el archivo

....
Se completó la transferencia de flor_2583.jpg
….

Pablo dice:
Me gusta. ¿Te puedo hacer una pregunta?

Forastera dice:
Sí, dime.

Pablo dice:
Es algo tonto, pero no lo he podido hacer.

Forastera dice:
Vamos, dime, ¡me estás intrigando!

Pablo dice:
Está bien. ¿Cómo haces para que no te queden espacios en blanco entre las figuras que pintas?

Forastera dice:
Ja ja ja, me haces reír, pensé que era otro tipo de pregunta. Bueno, es algo difícil de explicar por aquí. Antes de dibujar los motivos debes pintar el fondo, bueno, no siempre, pero es lo más recomendable, al menos eso es lo que hago yo. Cuando ya ha secado el fondo continúas con el motivo…

Pablo dice:
Tienes razón, es difícil de explicarlo, y de entender, pero no importa, sabía que estaba por mal camino, pero de aquí a que lo intente está re difícil.

Forastera dice:
¿Estabas aprendiendo solo?

Pablo dice:
Si, pero ya no importa, dicen que las cosas pasan o muy temprano, o demasiado tarde.

Me acerqué a aquella mujer, (sabía que no eras tú) la miré a la cara fijamente, se sorprendió al verme. Apagó su cigarro. Se fue. Seguí por varios minutos deambulando por el parque pero esta vez sin prisa (¿o es que no lo quería demostrar?) con la esperanza de encontrarte en la siguiente banca, o tal vez bordeando la laguna donde alguna vez me dijiste que en este país los soñadores se mueren de hambre, y que para evitarlo estudiarías una carrera rentable.Busqué también entre las grises columnas que sostienen el anfiteatro y alrededor de la estatua de Ricardo Palma sin hallar tu mirada que parece sonreír aún cuando siempre me pareció verte triste.

Forastera dice:
Era muy niña cuando decidí junto con mis hermano construir una casita de madera en medio del jardín de mi casa, nos pasamos meses clavando los tablones y las vigas; luego se enteró todo el barrio, yo era la envidia de mis vecinos. A mi papá le gustó tanto que la mandó ampliar; ahora paso mucho tiempo

Forastera dice:
en ella, allí tengo mis pinturas, mis libros, un sofá viejo y las innumerables cosas que recojo por las calles, las fotos que tomé en mis viajes y muchos objetos extraños que guardo para mirar y recordar siempre que estoy triste.

¿Por qué te busco en este parque si me dijiste que estarías en tu casa?
Mis actos están lejanos de toda lógica, puta madre, y ya hace mucho.
Tal vez esperaba que vinieras a pesar de no habernos citado, tal vez no te creí cuando me dijiste que hoy no saldrías, sé que te gusta este parque, sé que te gusta Lima antigua, sus casonas en ruinas, la gente que camina apurada, te divierte verlos, hay cosas que sólo pueden verse en estas calles.

Forastera dice:
Quería sentir el frío del suelo, de la noche, del peligro. Varias veces me acerqué a esos tipos que se sientan en el boulevard a tomar un trago procedente del arco iris, sólo para escuchar sus entripantes conversaciones de política, religión, extraterrestres y demás.

Forastera dice:
Los saludaba y me invitaban a tomar, nunca les tuve miedo, creo que no le temo a ese tipo de gente. A veces se hacía muy tarde, cuando ellos ya estaban borrachos, me iba deprisa, tomaba la combi, el micro, lo que hubiera, casi a media noche oliendo a ron barato o a marihuana; me echaba perfume para que mis padres no se dieran cuenta.

He dado mil vueltas al parque, he mirado fijamente cada rostro, cada cigarro que se consume en la boca de una mujer; y no he dado con tu mirada traviesa, con tus dedos dibujando una melodía en el aire, cantando una canción que ya antes te escuché.

Forastera dice:
¿Has escuchado a Eric Satie? Ahhh, tiene composiciones excelentes, sobre todo me gusta una que se llama “Gnossienne N° 1”, un amigo me prestó el disco, el inicio suena como gotas de lluvia cayendo una tras otra.

En todo caso, ahora ya sé como suena la lluvia.
No estás. Debería llamar a tu casa por teléfono, tal vez te encontraría y quizá, si te lo pidiera, vendrías a verme.

“-Hola.
-Hola.
-Así que tú eres Pablo.
-Si, eso dicen.
-¿Recuerdas que te hablé de Erik Satie? Es muy bueno.
-Si, pero no lo he escuchado aún.
-Espera, voy a subir el volumen y a acercar el auricular.
-Ok.
-¿Llegas a escuchar?
-Sí, se oye bien, parece el sonido de la ausencia.
-Sí. Sabes, estuve pintando toda la tarde pero de pronto lo dejé, ahora no tengo ganas de hacer nada, a veces siento que nada tiene sentido.
-¿Dónde vives?
-En Chorrillos, cerca de la playa.
-Asu, eso queda muy lejos de aquí, aunque, nadando llegaría más rápido.
-Eres gracioso.
-No, no lo creo.
-En serio, yo te imaginaba más callado, introvertido tal vez.
-Pues sí, soy tímido, sólo que lo disimulo bien.
-No lo creo, tu voz parece serena y segura.
-Si alguna vez te invitara a salir, ¿accederías?
-Creo que sí camarada. Alguna vez.”

Pero no te llamaré, prefiero estar inundado por la incertidumbre, buscándote donde tal vez nunca te encuentre, ¿será acaso que sólo existes en mi memoria?, ¿será que nunca nos conocimos realmente? ¿Será que conozco sólo una parte de ti, la parte que quise querer, el lado que me quisiste mostrar?

“-Sí, me gustaría estar contigo Pablo, el problema es el muchacho que te conté, el que ahora vive en España.
-Bueno, pero yo estoy un poco más cerca ¿no?
-No lo sé… Además, él está haciendo los trámites para casarnos, así será más fácil largarme de aquí, este país es una mierda.
-Supongo que sí, es una mierda.
-No pongas esa cara, tú también me gustas, me encanta salir contigo, quizás nunca me vaya, y bueno..., es mejor no pensar en el futuro, ¿no crees?
-Sí, es lo mejor. Sabes, me gusta este lugar.
-Es curioso, he visitado este café varias veces, y nunca lo encontré así, vacío, en silencio.
A mí me gusta el silencio.
-A mí también, me recuerda esa canción de Satie.
-Sí, la recuerdo.”

Comienza a oscurecer, Lima es deprimente y acogedora a la vez, sólo aquí la soledad te envuelve tan fácilmente, como dice la canción: “Estamos solos en un desierto de gente”.
Salgo del parque, camino por pequeñas calles adornadas con balcones viejos envueltos en un tul de niebla. Hace frío, el humo sale tranquilamente por mi boca, no fumo, es solo mi aliento tibio que se deshace en la noche.

“-Yo creo que deberías dedicarte de lleno a pintar.
-Pablo, ya te dije que para mí pintar no es un oficio, pintar es sólo un desahogo, lo hago cuando quiero, sin presiones.
-Es increíble que niegues tu condición de artista, ¡es algo tan evidente! ¡si yo pudiera saber lo que soy!
-No tienes nada que envidiarme, mírame, tengo 24 años y no sé que hacer con mi vida, necesito largarme.
-¿Quieres comer algo?
-No gracias, mejor vamos a tomar algo… un vino ¿sí?
-Claro.
-Vamos al Olivar, hoy no quiero pensar en nada, solo sentir el sabor del vino entre mis labios y un cigarro raspando mi garganta.
-Me parece bien, camarada.”

Llego al boulevard y no dejo de mirar a todos lados, quisiera poder encontrarte en medio de los libros viejos, hojeándolos con mirada inquieta, quizás estés cruzando la calle con algo de temor, las cosas han cambiado, ahora Lima te parece hostil, todo se ha desvanecido, todo ha perdido su encanto. No te encuentro.

Pablo dice:
Ayer te busqué en el parque hasta muy noche, como no te encontré me fui al Boulevard, y tampoco tuve suerte.

Forastera dice:
Pero si te dije que no iba a salir de casa; estuve todo el día ayudando a mi hermano en su taller.

Pablo dice:
Sí, pero fue mejor así, era una metáfora perfecta pues yo siempre te busco en el lugar equivocado.

Deambulo por una misma calle, como dando vueltas, como quien no sabe lo que busca, o como quien ya no busca y tan sólo espera encontrar.

“-Es curioso, con nadie fui tan cariñosa como lo soy contigo.
-Debe ser que sientes algo por mí, ¿no crees?
-Supongo que sí, no solía ser demasiado expresiva, aunque contigo es distinto, me siento muy bien.
-Yo también te quiero.
-No mientas Pablo, tú no sabes lo que quieres. Tú nunca estarás seguro de nada.”

La gente se retira de estas calles, Finalmente me he dado por vencido, hoy no podré encontrarte. Supongo que nunca sabré hacia donde vas, ni hacia donde voy, quizá sea que recorremos caminos paralelos que no se cruzarán jamás, a menos que, como a veces nos pasa, decidamos por pura coincidencia tomar un descanso en la misma banca, al lado del camino, calentados por un buen vino, envueltos en el vacío de aquella melodía de Satie.

“-Estoy con muchos problemas, estoy sin dinero, no sé que mierda hacer. Es una situación insoportable.
-¿Y tu viaje a España?
-Ayer hablé con él. Peleamos. Ya no puedo hacer nada, si él quiere me llamará y seguirá haciendo los trámites para casarnos.
-Si el TE quiere, te llamará...
-Sí, bueno, si él ME quiere…. Ya no deseo hablar de ese asunto camarada. Mejor cuéntame tú, ¿has hecho algo?
-Algunas cosas, pero no sé si estoy haciendo lo correcto, quisiera sentir pasión por lo que hago, creo que no sirvo para esto, me estoy engañando.
-Que gracioso eres, quisiera saber de alguien que haya logrado hacer “lo correcto”.
-Quizá tengas razón.
-Sabes, es terrible no saber quién mierda eres.
-Sí, sé exactamente a lo que te refieres. A veces me veo en el espejo y me doy lástima.
-Yo también. Pablo, tú te podrías ir a donde quisieras, al menos tienes una carrera con la cual mantenerte.
-¿Yo?, no camarada, a mi edad ya no se está permitido soñar.
-Es triste, creo que el tiempo se nos está acabando.
-En todo caso, yo te llevo la delantera.
-¿Te imaginas?, si Nietzsche no se ha equivocado repetiré esta miserable historia eternamente. Será una mierda.
-Yo no soy tan optimista, creo que uno se muere y ahí paramos de contar. Frenamos en seco.
-En ambos casos, nuestras vidas terminarán viéndose miserables.
-Sí, deberíamos hacer algo para cambiar todo esto.
-Supongo que sí, en la medida de las posibilidades.
-Ese es el problema, las posibilidades son escasas. Bueno camarada, hace frío, debo irme.
-Está bien, nos vemos camarada.
-Nos vemos, camarada.”

Regreso a casa en silencio, ausente, exhausto y sin haberte encontrado, sustraído de todo, todo me parece absurdo, será mejor encerrarme en mi dormitorio a escuchar como suena el silencio, como suena la ausencia.

Forastera dice:
Creo que será mejor no volver a vernos, lo siento, no eres tú, es que no tengo ganas de estar ni aquí ni en ningún lado, necesito estar sola, es solo eso.

Pablo dice:
Te entiendo, en serio.

Forastera dice:
Me siento culpable.

Pablo dice:
No tienes porqué, sé que nunca te voy a encontrar. Si la vida se repite eternamente, yo siempre estaré buscándote donde tú no estés, si nuestras vidas sólo suceden una vez, las cosas habrán ocurrido o muy temprano, o demasiado tarde.

No such Nick