en este lugar, los angeles y los demonios tienen el mismo tamaño...comen del mismo plato y comparten las alas para volar

Friday, July 14, 2006

Un Viaje Inesperado ( Soundtrack : Shadow Boxer )

Hoy estoy muy cansado y me veré forzado a realizar un alto, es el primero que hago, ya no podía más; ¡ no sé que me pasa!, de un tiempo a ésta parte tomo mis respiros más a menudo, los aprovecho para sentarme un momento y contemplar el paisaje. El panorama me cautiva y tal parece que es ello lo que me anima a continuar; veo las mismas tonalidades cromáticas de otros tiempos, detrás de la luz…sombra y más allá de la sombra…luz.

Me estiro en la hierba, dejo que mi cuerpo se cubra de azul; clavo mis manos en la tierra, como si deseara por dentro limpiarme y exhalo tan fuerte, que el alma se escapa volando por mi boca; siento la fresca brisa, es como sensación de alivio en mis espaldas, los aromas de mil recuerdos, el arrullo de mi sangre. Todo esto me relaja y tonifica.

Vuelvo a abrir las pupilas, lo primero que ven son mis zapatos ( no hace mucho fueron nuevos); en un principio me guiaron sobre lugares inciertos, en su resplandeciente superficie se reflejaba mi cara…hoy están viejos.

Al sufrir toda clase de caminos en mi vida, pude salir del “YO”; ya no es mi cara la que aparece en mis zapatos, es mi vida entera y ella es como la de los demás. Pasé por donde unos, caminé por donde otros, quedé como la mayoría; años que se han venido marcando como escalas de cuero de mi calzado, tiempo que deja su huella en ésta piel de vida; toda mi existencia se asemeja a éstos zapatos y sin embargo caben en la palma de mis manos.

Así disfruto mis días azules, también los grises; todos los días, los de 24 horas y los de muchas más, los de amor y los de odio, los de risa y los de lágrimas. Todo lo tuve en mis manos, valió la pena; mi vida corpórea sin pizca de espiritualidad, no hace nada…si mis zapatos no cuentan con un pie adentro, no se mueven ni un centímetro.

No se cuánto me falta por caminar, miro atrás y adelante, parece que hay la misma distancia; de verdad estoy cansado, dulce fatiga, disculpa satisfactoria ante la impotencia, es el “poder” más grande que el “querer”, la demora de un partir o el apuro por un llegar.

Me calzo nuevamente, ¡carajo, es inútil!, ya mis pies no pueden más; descansaré algo, dejaré mezclarse mi energía con la del paisaje, hoy todo luce tan hermoso…

Un ómnibus se ha detenido, no sé si subo o si me hacen subir, lo bueno es que ya siento un gran alivio en los pies; todo allí dentro es un mar de risas, reconozco a algunos amigos y estoy haciendo otros en el recorrido.
Nos han pedido los tickets, instintivamente metí la mano en el bolsillo y aparecieron los míos; muchos se tuvieron que quedar en el camino por no traer sus boletos, se quedaron tristes y nosotros también sentimos pena.

La atmósfera ahí dentro es perfecta, conversamos y hasta el conductor se nos une; sin embargo, nadie ha dejado de admirar la belleza de la ruta, repetidas veces he creído haber pasado antes por tales parajes.

Me siento feliz de poder viajar en éste ómnibus, es cómodo y veloz; tiro los zapatos por la ventanilla…todos imitan mi ocurrencia y reímos como locos.

¡Este viaje se pasa de vueltas!, ¡ éste ómnibus “es la muerte”…y pensar que la muerte era así.

Thursday, July 06, 2006

Demonio a ras de suelo

Buen lugar para quedarse dormido,
a ras del suelo, al filo del abismo
de pronto todo está en llamas
buen lugar para empezar

Mientras tanto escarbo la tierra,
de donde brota la misma manzana
saboreo la hiel que abraza las piedras
esa misma que me hace carne y hueso

Soy un demonio que habita a ras del suelo,
sí, ese soy yo
que duerme de día y grita de noche
en mil idiomas que nadie habla

Mil cosas que abrigan el invierno
un demonio de otro mundo
que jugaba a ser un ángel
un demonio de invierno, que duerme a ras del suelo

Un demonio sin tridente, un demonio sin demonio
que ha impregnado tus paredes con sus ojos
para volar todos los rincones del silencio
desafiando intentos de voluntad

Que respira vientos del norte
que profana tu fé haciendo añicos el sol en la ventana
que clava sus garras en tu pecho y bebe de tu sangre
congelando la razón, sin piedad alguna

Un demonio que no muere
un demonio que no vive
y que al ras del suelo ha dibujado algunas letras
para intentar la seducción de tu alma
…por cada golpe, diez contragolpes…

Por la Noche

Por las noches mi mente se agita pensando en su fuga. En las mañanas mi cuerpo protesta para dejar su tibio colchón.

Todas las mañanas pierdo mi tiempo reclinado en algún poste de luz; en cambio, apoyado en la almohada busco alucinaciones.

De día la gente me conoce, de noche piensan en mí; por la noche me acuesto, salto entre nubes, y caigo a un abismo.

La noche me anuncia el nuevo día y todo día muere irremediablemente de noche.

El día me absorbe como un remolino, la noche es el bosque por el que solo camino.

Llegada la luz siempre me encuentra, sacude mi cuerpo y abre mis ojos; la noche me busca, en excitante persecución da conmigo, besa mis carnes y clava sus lascivos dientes desgarrándome el corazón.

De día trajino buscándome, lo recorro casi todo y sólo termino al cansarme; de noche arrullo mi cuerpo en la cama, emprendo el más grande de los viajes y termino hallando un rayo de luz fría.

Necesito luz tibia, durante el día tomo nerviosamente porciones de luz, estoy contento con mis alas de calor; pero caen de noche y hielo recorre mis venas, mi frente.

He ido prefiriendo lo “poco” de las noches, a lo “no mucho” de los días; como un murciélago grito para tropezar con nadie, pero lo hago contigo.

De día camino bien, no grito; tiemblo. Es que a cada paso doy de narices conmigo y mi rostro dice calladamente no sepas que te sigo.

De noche siento que estoy acostado en una isla rodeada de pecesitos muertos (son mis otras ideas), el mar eres tú. Un mar que es mi cielo situado amenazadoramente en lo alto; te agitas en olas, apenas si tocas mis cabellos y lo haces como para que alce la cara.

Siento terrible pánico, eres grande de verdad y temo el día que caigas. No verán un cadáver, mi alma habrá ascendido como vapor de agua a mezclarse con algo de la tuya y así seré feliz aunque nadie lo note.

Fuiste mi tiempo y me doy cuenta, en cada uno de mis segundos, que escapas por entre los dedos y sólo reposo contigo de noche, te tiendes junto a mí y el tiempo se detiene; en la mañana abro sólo un ojo y ya no estás.